La isla de Tycho

Por Paco Bellido, el 4 marzo, 2018. Categoría(s): Destinos astronómicos • General • Historia ✎ 7

La isla sueca de Ven ocupa un importante lugar en la historia de la ciencia por haber acogido el observatorio de Uraniborg, lugar donde el astrónomo danés Tycho Brahe registró con una precisión sin precedentes las posiciones de los planetas. Se puede decir que Uraniborg fue la primera institución científica de Europa. Durante dos décadas fue el punto de encuentro de los científicos y personalidades de la época.

Se puede llegar a la isla de Ven (en danés, Hven) desde Landskrona o Helsinborg en el lado sueco o desde Copenhague en el lado danés. En nuestro caso hicimos el viaje desde Copenhague con el barco Jeppe de la compañía Spar Shipping, que cubre el trayecto en una hora y media. Una anotación para curiosos: Jeppe era el nombre del bufón de Tycho Brahe que se sentaba bajo su mesa durante las comidas y a quien su señor siempre consideró clarividente.

El barco Jeppe que comunica Copenhague con la isla de Ven. Foto: © Paco Bellido
El barco Jeppe que comunica Copenhague con la isla de Ven. Foto: Paco Bellido

La isla de Ven tiene 4,5 kilómetros de largo y 2,6 de ancho. El punto más alto, a 45 metros sobre el nivel del mar se encuentra precisamente en Uraniborg. En Ven residen unos 360 habitantes, cifra que aumenta durante los meses de verano. Hay una fábrica de whisky y el principal cultivo es el trigo ecológico. La mejor forma de recorrer la isla es en bicicleta, tras subir la colina que hay junto al puerto se llega a Vens cykeluthyrning, donde se puede alquilar una de las 1.200 bicicletas que tienen a disposición de los turistas.

Vens cykeluthyrning. Foto: Paco Bellido
Vens cykeluthyrning. Foto: Paco Bellido

El Museo de Tycho Brahe

El principal atractivo de Ven es el Museo de Tycho Brahe, en el centro de la isla, y  situado sobre las ruinas de Uraniborg. La iglesia de Todos los Santos alberga una exposición permanente sobre Tycho, su obra y su tiempo. La iglesia se construyó durante el apogeo del período neogótico y es un buen representante de las iglesias de su tiempo.

Museo de Tycho Brahe. Foto: Paco Bellido
Museo de Tycho Brahe. Foto: Paco Bellido

La colección muestra un interesante recorrido por la vida de Tycho: sus orígenes, su interés por la astronomía, sus trabajos. Se exhiben réplicas de los instrumentos del astrónomo a escala real.

Exterior de la iglesia de Todos los Santos. Foto: Paco Bellido
Exterior de la iglesia de Todos los Santos. Foto: Paco Bellido
Museo de Tycho Brahe. Foto: Paco Bellido
Museo de Tycho Brahe. Foto: Paco Bellido
Interior del Museo de Tycho Brahe en la isla de Ven. Foto: Paco Bellido
Interior del Museo de Tycho Brahe en la isla de Ven. Foto: Paco Bellido
Una de las réplicas de aparatos astronómicos del Museo de Tycho Brahe en la isla de Ven. Foto: Paco Bellido
Una de las réplicas de aparatos astronómicos del Museo de Tycho Brahe en la isla de Ven. Foto: Paco Bellido

Uno de los pocos restos que se conservan es la inscripción de entrada a Uraniborg, «Nec fasces nec opes, Sola Artis sceptra perennant» (Ni los honores ni las riquezas: sólo la perfección de la obra es lo que sobrevivirá).

Nec fasces nec opes, Sola Artis sceptra perennant. Foto: Paco Bellido
Nec fasces nec opes, Sola Artis sceptra perennant. Foto: Paco Bellido

En Stjerneborg, el observatorio que sustituyó a Uraniborg, se pueden ver los cimientos donde se fijaban los instrumentos astronómicos. Un espectáculo audiovisual en varios idiomas, entre ellos en inglés, permite acercarnos a la vida de Tycho.

Tycho Brahe

Tyge Ottesen Brahe nació el 14 de diciembre de 1546 en Knutstorp, Escania, en la actual Suecia aunque en aquella época formaba parte de Dinamarca. A la edad de quince años adoptó el nombre de Tycho, la versión latinizada de su nombre que ha pasado a la posteridad. Otte Brahe, el padre de Tycho, procedía de la nobleza danesa y ocupaba un cargo importante en la corte danesa. Beate Bille, su madre, también pertenecía a una familia noble en la que abundaban los clérigos y políticos. Cuando Tycho tenía dos años su tío, Jorgen Brahe, sin el conocimiento de sus padres se lo lleva con él. Fue un extraño episodio ya que no parece causar disputas familiares, ni hizo que sus padres intentasen recuperarlo. Jorgen Brahe, y su mujer Inger Oxe no tenían hijos propios, y actuaron como padres adoptivos de Tycho hasta la muerte de Jorgen. Al igual que su hermano Otte Brahe, Jorgen pertenecía a la nobleza. Por su parte, Inger Oxe era hermana de uno de los miembros del consejo de gobierno compuesto de 20 consejeros reales. Tycho se benefició mucho en el aspecto educativo de su madre adoptiva, mujer de inquietudes intelectuales que, a diferencia de los Brahe y los Bille, tenía un gran interés por la educación y la cultura.

Estatua de Tycho en Uraniborg. Foto: Paco Bellido
Estatua de Tycho en Uraniborg. Foto: Paco Bellido

Tycho asistió a la escuela hasta los doce años. Después comenzó sus estudios universitarios. En Copenhague, a la edad de 14 años, pudo observar un eclipse parcial de Sol que le impresionó vivamente. La posibilidad de predecir los eventos astronómicos despertó la curiosidad del joven Tycho, quien comenzó a adquirir libros de astronomía y a interesarse por los cielos.

El 24 de agosto de 1563, mientras estudiaba en Leipzig, ocurrió una conjunción de Júpiter y Saturno, suceso predicho por las tablas astronómicas existentes. Sin embargo, Tycho se dio cuenta de que todas las predicciones sobre la fecha de la conjunción estaban equivocadas en días o incluso meses. Este hecho tuvo una gran influencia sobre el joven Tycho que se percató de la necesidad de compilar nuevas y precisas observaciones planetarias que permitieran realizar tablas más exactas.

En 1566, mientras estudiaba en Wittenberg, se enfrentó en duelo con otro estudiante por una disputa sobre los méritos como matemáticos de ambos. En el duelo perdió parte de su nariz, el resto de su vida tuvo que llevar una prótesis metálica forjada en una aleación de oro y plata.

En 1572, a la edad de 26 años, Tycho observó una estrella nueva en la constelación de Casiopea. En aquella época se creía en la inmutabilidad del cielo y en la imposibilidad de la aparición de nuevas estrellas pero el brillo de ésta era incontestable.

La estrella nueva de Tycho. Crédito: Wikimedia Commons
La estrella nueva de Tycho. Crédito: Wikimedia Commons

Al principio la estrella era tan brillante como Júpiter pero pronto superó la magnitud -4, siendo visible incluso de día. Poco a poco, fue desvaneciéndose hasta dejar de ser visible hacia marzo de 1574. Conviene señalar que Tycho no fue el primero en observar la nueva estrella, pero publicó las mejores observaciones de su aparición y de la evolución de su brillo, razón por la cual se le conoce con su nombre. El primer registro histórico es obra de Wolfgang Schuler, en Wittenberg, el 6 de Noviembre. En los días siguientes se añaden las observaciones de Hainzel, Lindauer, Maurolico y Cornelius Gemma. Jerónimo Muñoz, catedrático de la universidad de Salamanca,  publicaría meses después un tratado (Libro del nuevo cometa) en que se oponía a las tesis aristotélicas de inmutabilidad del cielo y que sería acallado por las fuertes críticas de los teólogos de la época. A diferencia de lo ocurrido en España, cuando Tycho publicó sus observaciones de la aparición de esta supernova se convirtió en un reputado astrónomo de la noche a la mañana. Llamó a la estrella Stella Nova (estrella nueva en latín).

Impresionado por sus observaciones de 1572, el rey Federico II de Dinamarca concedió a Tycho Brahe la posibilidad de establecer un observatorio astronómico en la isla de Hven situada en el estrecho de Öresund entre Dinamarca y Suecia. El observatorio se llamó Uraniborg (el castillo de Urania) en referencia a Urania, la musa de la astronomía. La primera piedra se colocó el 8 de agosto de 1576.

Uraniborg, el castillo de Urania

Para los antiguos, la forma más perfecta era el círculo, que representaba los cielos, mientras que el cuadrado representaba los cuatro elementos. Combinando ambas formas Tycho pretendía aunar lo divino y lo humano. Uraniborg estaba edificado sobre una planta cuadrada, de unos 15 metros de lado. Había dos torres, al norte y al sur del edificio principal, que le daban un aspecto rectangular. El edificio principal estaba construido en ladrillo rojo. La planta principal constaba de cuatro habitaciones, una de las cuales estaba ocupada por Tycho y su familia y las otras tres se utilizaban para los visitantes, en su mayoría astrónomos. La torre norte albergaba las cocinas y la torre sur una biblioteca. La segunda planta estaba dividida en tres habitaciones, dos de ellas de igual tamaño y otra mayor reservada para los visitantes de la realeza. En las torres de esta planta se encontraban los principales instrumentos astronómicos, a los que se accedía desde el exterior del edificio o desde unas puertas situadas en la misma planta. En unas torres adicionales, montadas sobre pilares, se guardaban otros instrumentos que, al estar retirados del edificio principal, permitían un ángulo de visión más amplio. En la tercera planta se encontraba el desván, dividido en ocho habitaciones más pequeñas para los estudiantes.

Uraniborg. Crédito: Wikimedia Commons
Uraniborg. Crédito: Wikimedia Commons

En el palacio también se realizaban trabajos de alquimia y se instalaron jardines con plantas y hierbas medicinales siguiendo patrones geométricos. El laboratorio alquímico estaba situado en una de las alas de un gran sótano que también albergaba los almacenes de víveres, sal y leña.

La propia hermana de Tycho, Sophia, destacó como estudiosa de la alquimia. También diseñó un jardín que su hermano consideraba el más hermoso de Escandinavia. La hermana de Tycho era uno de los huéspedes mejor recibidos en Uraniborg, se sentía a gusto en el ambiente científico de la isla y tomaba parte en las sesudas conversaciones. A pesar de ello, Tycho no permitió que se dedicara a la astrología por considerarlo un tema demasiado abstracto y complicado para la mente de una mujer. Sophia, sin embargo, desoyó los consejos de su hermano y pronto destacó como consumada astróloga. Los últimos años de su vida los dedicó al estudio de su genealogía, escribió un libro de 900 páginas con todo su linaje que se conserva actualmente en la Biblioteca Universitaria de Lund.

El jardín de Uraniborg. Foto: Paco Bellido
El jardín de Uraniborg. Foto: Paco Bellido

Alrededor de Uraniborg había un gran muro de 75 metros de lado y 5,5 de alto. Uraniborg estaba colocado en el centro geométrico con un amplio conjunto de jardines entre el edificio y el muro. Además de su función decorativa, los jardines proporcionaban las hierbas necesarias para los experimentos medicinales de Tycho. Las plantas y el estudio de sus propiedades tuvieron una especial relevancia en Uraniborg en el museo actual venden una mezcla de plantas para infusión que sigue las recetas originales de Tycho y hasta bien entrado el siglo XX era posible comprar en las farmacias danesas la Species Tychonis, un preparado herbáceo indicado para diversas dolencias. El modelo del jardín de Tycho parece estar basado en los jardines botánicos de Padua. En 1575 Tycho Brahe visitó el norte de Italia y Venecia y bien pudo haber visitado Padua.

En el museo actual se han recreado los jardines originales de Uraniborg utilizando semillas de plantas del lugar y otras identificadas en los escritos de Tycho.

La isla de Ven desde el mar. Foto: Paco Bellido
La isla de Ven desde el mar. Foto: Paco Bellido

Uraniborg fue un proyecto muy caro. Se estima que su construcción costó el 1% de todo el presupuesto anual danés, lo que lo convierte en uno de los proyectos científicos más caros de la historia. En comparación, el proyecto Apolo costó alrededor del 0,4% del PNB de los Estados Unidos.

Tycho no fue muy apreciado por los habitantes de la isla. Hasta el levantamiento del observatorio los isleños habían utilizado la isla como propia, sin necesidad de pagar tributo a nadie. Al llegar un señor a la isla, las reglas de vasallaje de la época los obligaron a dedicarle dos días de trabajo a la semana sin remuneración, además de otros pagos en especie. Lógicamente esto despertó la antipatía de la población que protestó ante el rey (con poco éxito, todo sea dicho).

Stjerneborg, el castillo de las estrellas

Actualmente se pueden ver cientos de generadores eólicos en el estrecho de Öresund. Los fuertes vientos de la zona no son resultado del cambio climático, ya en la época de Tycho eran una de las características del lugar. Poco después de su levantamiento resultó evidente que los instrumentos montados en las torres se movían con el viento y que estaban demasiado expuestos a los elementos para el nivel de precisión que las medidas astronómicas requerían. Para solventar estos inconvenientes, en 1584 creó un observatorio anexo al castillo que se llamaría Stjerneborg, (el castillo de las estrellas). Fue el primer edificio de Europa erigido con el propósito único de servir como observatorio astronómico y fue el último observatorio en el que el instrumento principal no era un telescopio. En el observatorio subterráneo de Stjerneborg los instrumentos estaban protegidos y los astrónomos podían trabajar con muchas menos molestias que en el castillo, siempre repleto de invitados.

El diseño básico era similar al de Uraniborg, también con un muro cuadrado que rodeaba el sitio, aunque de menor altura. Los instrumentos estaban cubiertos por cúpulas giratorias. Todo lo que queda del edificio original son los cimientos de piedra donde se asentaban los instrumentos. También se pueden ver los muros de una pequeña habitación donde los astrónomos podían descansar entre las sesiones de observación.

Stjerneborg. Crédito: Wikimedia Commons
Stjerneborg. Crédito: Wikimedia Commons

Las cúpulas que sobresalen se instalaron en los años cincuenta del siglo pasado siguiendo los grabados que nos han llegado de la época de Tycho.

Reconstrucción del observatorio. Foto: Paco Bellido
Reconstrucción del observatorio. Foto: Paco Bellido

Uno de los principales instrumentos era el gran cuadrante de acero denominado Quadrans Magnus Chalibeus en su libro Astronomiae Instauratae Mechanica. Con el gran cuadrante mural sólo era posible medir alturas en el meridiano. Ello no resultaba satisfactorio y, por esta razón, Tycho construyó también cuadrantes que giraban en el plano horizontal, con lo que era posible no sólo tomar medidas en todas las direcciones, sino también determinar la dirección: el azimut. El instrumento estaba ubicado en la cripta suroeste de Stjerneborg. Los escalones y el pilar de piedra todavía se pueden ver en las ruinas del observatorio.

Se conservan los basamentos originales de algunos de los instrumentos astronómicos. Foto: Paco Bellido
Se conservan los basamentos originales de algunos de los instrumentos astronómicos. Foto: Paco Bellido
Quadrans Magnus Chalibeus. Foto: Paco Bellido
Quadrans Magnus Chalibeus. Foto: Paco Bellido

Uraniborg se convirtió en un centro astronómico de primer orden, atrayendo a estudiosos de todos los rincones de Europa. Para poder diseminar adecuadamente el conocimiento adquirido en el observatorio, Tycho creó una imprenta. En Alemania contrató a un impresor, un grabador y un encuadernador. La imprenta de Ven fue la primera de Escania. Se conocen quince libros impresos en la imprenta de Tycho. La mayoría de ellos en latín e ilustrados con grabados.

De la imprenta sólo se conservan algunos restos de muros y suelos. En 1924 se llevó a cabo una excavación arqueológica en la que salieron a la luz un buen número de tipos de plomo. Además de la imprenta contaban con un molino para la fabricación de papel accionado por un complejo sistema de estanques y diques.

A la muerte del rey, Tycho discutió con su sucesor, Christian IV, lo que lo llevó a abandonar Uraniborg en 1597. En 1601 Uraniborg ya era historia: había sido destruido. Actualmente prosiguen los trabajos de excavación para sacar a la luz los cimientos del observatorio.

Después de Uraniborg

En 1599 Tycho se marcha a Praga. Allí consigue el favor del emperador Rodolfo II, un estrambótico personaje, mecenas de astrólogos y alquimistas, y aficionado al esoterismo y a todo lo extraño que le nombra “matemático imperial”, le ofrece una mansión y le permite escoger entre varios castillos para construir un nuevo observatorio. Tycho Brahe escoge el castillo de Benátky nad Jizerou a pocos kilómetros de Praga. Dado que Rodolfo II era un apasionado de la astrología, Brahe debía proporcionar cartas astrales para los altos miembros de la corte, así como elaborar interpretaciones astrológicas de acontecimientos.

Las obras e instalación de sus instrumentos se van complicando y Brahe decide regresar a Praga. En esta época escribe las Tablas Rudolfinas, en las que publica sus leyes sobre el movimiento de los astros. En Praga, Brahe conoce finalmente a Johannes Kepler, uno de los encuentros más fructíferos de la historia de la ciencia. Tras una serie de vicisitudes Tycho, acabará por confiar a Kepler los resultados de sus medidas de los movimientos de la Luna y los planetas recopiladas pacientemente durante décadas de observación. Esto permitirá a la postre el enunciado de las tres leyes que rigen el movimiento de los planetas.

Tycho y Kepler en Praga. Foto: Paco Bellido
Tycho y Kepler en Praga. Foto: Paco Bellido

La muerte de Brahe constituye también un hecho anecdótico. Muchas fuentes históricas citan como causa de su muerte una infección de orina padecida en 1601, al no ausentarse de una cena en Praga por educación y respeto. La larga cena le ocasionó una fuerte cistitis que le postró en cama con fiebres elevadas durante 11 días.

En 1996 se abrió la tumba de Tycho Brahe en Praga para analizar sus cabellos: se encontraron dosis tan elevadas de mercurio que actualmente se considera el envenenamiento por este elemento como causa de su muerte. Dado que Brahe tenía intereses en alquimia y medicina y que el mercurio era un elemento común a las medicinas alquímicas preparadas por el mismo Tycho, es muy probable que Tycho muriera por envenenamiento por sus propias medicinas, tratando de recuperarse de sus problemas urinarios.

En su agonía Tycho repetía una y otra vez Non frustra vixisse vidcor («Que no haya vivido en vano»). Al efecto, le había hecho prometer a Kepler que usaría sus observaciones para construir un nuevo sistema del Universo basado en su propia teoría.

Su tumba se encuentra en la iglesia de Nuestra Señora de Tyn en Praga.

Tumba de Tycho Brahe en Praga. Foto: Paco Bellido
Tumba de Tycho Brahe en Praga. Foto: Paco Bellido

La iglesia de Saint Ibb

De vuelta en la isla de Ven, otro de sus atractivos histórico es la iglesia de San Ibb, construida entre los siglos XIII y XV. El nombre de San Ibb corresponde probablemente a una forma abreviada de San Jacobo (el apóstol Santiago), patrón de los mercaderes.

Iglesia de St. Ibbs. Foto: Paco Bellido
Iglesia de St. Ibbs. Foto: Paco Bellido
Iglesia de St. Ibbs. Foto: Paco Bellido
Iglesia de St. Ibbs. Foto: Paco Bellido

El  retablo de la iglesia, pintado por Tobias Gemberlin en 1578, fue un regalo de Tycho Brahe. También se conserva un banco con el escudo de armas de los Brahe. El retrato de Tycho que se conserva en la iglesia data de 1846, año en que la isla celebró el 300 aniversario del astrónomo.

Retablo de la iglesia de St. Ibbs. Foto: Paco Bellido
Retablo de la iglesia de St. Ibbs. Foto: Paco Bellido
Busto de Tycho Brahe. Foto: Paco Bellido
Busto de Tycho Brahe. Foto: Paco Bellido
Banco original desde donde escuchaba misa la familia Brahe. Foto: Paco Bellido
Banco original desde donde escuchaba misa la familia Brahe. Foto: Paco Bellido

Bibliografía:

Victor E. Thoren, The Lord of Uraniborg, Cambridge University Press, 1990

John Robert Christianson, On Tycho’s Island. Tycho Brahe, Science, and Culture in the Sixteenth Century, Cambridge University Press, 2003

Kitty Ferguson, Tycho & Kepler, Walker & Company, 2002

Arthur Koestler, Los sonámbulos, Salvat, 1987

Cuaderno de viaje: http://viajero.blogalia.com



7 Comentarios

  1. Tycho (…) le había hecho prometer a Kepler que usaría sus observaciones para construir un nuevo sistema del Universo basado en su propia teoría.

    Afortunadamente para la ciencia y para la humanidad, Kepler incumplió la promesa que le hizo a Tycho, ya que la teoría de este último era geocentrista. mientras que Kepler defendía el copernicanismo, que es la teoría verdadera.

  2. «Uraniborg estaba edificado sobre una planta cuadrada, de unos 15 metros de lado. Había dos torres, al norte y al sur del edificio principal, que le daban un aspecto rectangular»

    ¿ Es esto correcto, sólo 15 metros de lado?

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