La Torre Redonda

Por Paco Bellido, el 23 abril, 2018. Categoría(s): Destinos astronómicos • General • Historia ✎ 8

Los daneses presumen de tener el observatorio más antiguo de Europa aún en funcionamiento, la Rundetårn o Torre Redonda, situada en el corazón del Barrio Latino de Copenhague. Aunque en la actualidad sólo se utiliza para sesiones públicas de observación, la Universidad de Copenhague utilizó su telescopio hasta 1861.

Las obras de la Torre Redonda comenzaron en  1637 por orden del rey Christian IV de Dinamarca. Este rey tuvo otro importante papel en la historia de la Astronomía, pues podríamos decir que fue en buena parte responsable del encuentro entre dos gigantes: Tycho Brahe y Johannes Kepler. En efecto, si Christian IV no hubiera retirado su apoyo a Tycho, éste posiblemente nunca hubiera abandonado el observatorio de Uraniborg.

El diseño de la Torre Redonda es obra del arquitecto Hans Steenwinckel, el Joven, uno de los más destacados representantes del Renacimiento flamenco. Otra de sus obras conocidas es el aspecto actual palacio de Kronborg, incluido en la Lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, y más conocido por ser el lugar donde se desarrolla la obra shakesperiana Hamlet.

La Torre Redonda de Copenhague. Foto: Paco Bellido
La Torre Redonda de Copenhague. Foto: Paco Bellido

La primera piedra se colocó el 7 de julio de 1637 y la torre se terminó en 1642 como se puede ver en la inscripción dorada de la fachada. La inscripción en realidad es un jeroglífico escrito de puño y letra del rey y cuyo original aún se conserva en el Archivo Nacional danés. Se puede interpretar como Que Dios guíe  el corazón del rey coronado Christian IV con la debida sabiduría y justicia, 1642.

Stellaeburgi Regii Hauniensis aurea inscriptio. Crédito: Albertina (Viena)
Stellaeburgi Regii Hauniensis aurea inscriptio. Crédito: Albertina (Viena)

La iglesia de los Trinitarios, a la que se adscribe la torre, terminó sus obras en 1656. El desván situado sobre las bóvedas de este templo, se utilizó como biblioteca universitaria entre 1657 y 1861. En 1987, se volvió a abrir tras una profunda restauración y sus 900 m2 de superficie acogen actualmente exposiciones temporales de arte, historia y ciencia. Cada año se celebran más de 100 conciertos en este lugar. El complejo trinitario pretendía reunir tres edificios importantes para los eruditos del siglo XVII: un observatorio astronómico, una biblioteca universitaria y una iglesia para los estudiantes.

Interior barroco de la Iglesia de los Trinitarios, reconstruida tras el gran incendio de 1728. Foto: Paco Bellido
Interior barroco de la Iglesia de los Trinitarios, reconstruida tras el gran incendio de 1728. Foto: Paco Bellido

La torre tiene un diseño único en la arquitectura europea, se sube hasta la azotea, situada a casi 35 metros sobre el nivel de la calle, a través de una rampa helicoidal de 209 metros de longitud y 4,25 metros de anchura que da siete vueltas y media desde la base hasta la parte superior. El zar Pedro el Grande ascendió a lomos de un caballo cuando visitó Copenhague y en 1902 un coche Beaufort fue el primer vehículo motorizado que subió a la torre.

Rampa en espiral de la Torre Redonda. Foto: Paco Bellido
Rampa en espiral de la Torre Redonda. Foto: Paco Bellido

Desde la plataforma del mirador se disfruta de una maravillosa vista del viejo Copenhague. La plataforma cuenta con una hermosa reja de forja de 1643 del herrero artesano de la corte, Kaspar Fincke, en ella se pueden ver C4, el monograma real de Christian IV y las letras RFP que simbolizan el lema del rey: Regna Firmat Pietas, la piedad fortalece los reinos.

Vista desde el mirador de la Torre Redonda, al fondo se puede ver el impresionante puente de Oresund que conecta Suecia y Dinamarca desde el año 2000. Foto: Paco Bellido
Vista desde el mirador de la Torre Redonda, al fondo se puede ver el impresionante puente de Oresund que conecta Suecia y Dinamarca desde el año 2000. Foto: Paco Bellido

En El yesquero, uno de los cuentos de Hans Christian Andersen, podemos leer “Ahora bien, si te interesa más el oro, puedes también obtenerlo, tanto como quieras; para ello debes entrar en el tercer aposento. Mas el perro que hay en él tiene los ojos tan grandes como la Torre Redonda. ¡A esto llamo yo un perro de verdad! Pero nada de asustarte. Lo colocas sobre mi delantal, y no te hará ningún daño, y podrás sacar de la caja todo el oro que te venga en gana”, en efecto la Torre Redonda siempre ha servido en las comparaciones danesas como símbolo de algo enorme.

En 1986 se descubrió el asteroide 5505 Rundetårn, cuyo nombre rinde tributo al valor astronómico de esta torre centenaria.

Astrónomos de la Torre Redonda

Ole Rømer (1644-1710) fue un asiduo usuario del observatorio de la Torre Redonda. A Rømer se debe el primer valor de la velocidad de la luz, conseguido mediante la observación de los eclipses de las lunas de Júpiter. En 1681, Rømer volvió a Dinamarca tras un período en Francia, donde había participado en la construcción de las fuentes de Versalles, además de trabajar con Cassini en el observatorio de París. En Copenhague trabajo como profesor de astronomía en la Universidad. Ese mismo año se casó con Anne Marie Bartholin, hija del científico y médico Rasmus Bartholin, descubridor de la birrefringencia del espato de Islandia y mentor de Rømer. Durante esta época fue un activo observador, tanto en el observatorio universitario de la Torre Redonda, como desde su casa donde utilizaba instrumentos de propia construcción cada vez más perfeccionados.

Vista exterior de la Rundetaarn. Foto: Paco Bellido
Vista exterior de la Rundetaarn. Foto: Paco Bellido

En 1700 Rømer introdujo el uso del calendario gregoriano en Dinamarca y Noruega, algo que ya había intentado Tycho Brahe sin éxito cien años antes. También desarrolló una escala de temperaturas que fue desarrollada posteriormente por Daniel Gabriel Fahrenheit y que todavía se utiliza en muchos países.

Además de su labor como astrónomo fue un hombre muy comprometido con la ciudad. En 1705 fue nombrado prefecto de la policía de Copenhague, cargo que mantuvo hasta su muerte en 1710. Una de sus primeras medidas consistió en despedir a toda la plantilla, convencido de la escasa moralidad de sus miembros. También fue el inventor del primer sistema de iluminación de la ciudad mediante lámparas de aceite y se esforzó por luchar contra la mendicidad, la pobreza, el desempleo y la prostitución en su ciudad, iniciando así una reforma social.

Objetos astronómicos expuestos en la torre. Foto: Paco Bellido
Objetos astronómicos expuestos en la torre. Foto: Paco Bellido
Objetos astronómicos expuestos en la torre. Foto: Paco Bellido
Objetos astronómicos expuestos en la torre. Foto: Paco Bellido

En la ciudad de Taastrup, al sur de la capital, se puede visitar el Museo Kroppedal que acoge una exposición en torno a Ole Rømer en el emplazamiento del observatorio personal del astrónomo, el Observatorium Tusculanum. Este observatorio se mantuvo en funcionamiento hasta 1716, fecha en que los instrumentos se trasladaron a la Torre Redonda. Actualmente en el museo se puede ver una amplia colección de instrumentos astronómicos antiguos y modernos.

Peder Horrebow, discípulo predilecto de Rømer, prosiguió los trabajos astronómicos en la Torre Redonda tras la muerte de su maestro en 1710. Tras varias peticiones al rey Federico IV, Horrebow consiguió el título de profesor de matemáticas de la Universidad de Copenhague en 1714, además de convertirse en director de la Torre Redonda.

En 1728, un gran incendio redujo a cenizas todas las observaciones y documentos acumulados por Rømer durante años de trabajo. Horrebow escribió Basis Astronomiae (1734-35), donde describe los logros científicos de su predecesor. En el incendio también se perdieron las observaciones e instrumentos del propio Horrebow. También se perdió para siempre un precioso globo celeste de bronce de Tycho Brahe, que se fundió entre las llamas. El gobierno otorgó un fondo especial a Horrebow para reparar el observatorio y los instrumentos.

Vista frontal de la Torre Redonda, con el jeroglífico de Christian IV. Tomado del mapa de Doppelmayer
Vista frontal de la Torre Redonda, con el jeroglífico de Christian IV. Tomado del mapa de Doppelmayer. Crédito: Wikimedia Commons

Entre los logros astronómicos de Horrebow destaca el desarrollo de un método para determinar la latitud astronómica de un lugar a partir de la observación de estrellas mediante mediciones de distancias al cenit de estrellas que culminaban a intervalos breves y casi a la misma altura en lugares opuestos del cenit. Aunque el método fue rápidamente olvidado, a pesar de su indiscutible interés, el astrónomo americano Andrew Talcott lo retomó en 1833. En la actualidad se conoce como Método de Horrebow-Talcott.

Horrebow también escribió sobre navegación y determinó la paralaje solar. Asímismo fue miembro de diversas sociedades científicas, incluida la Académie des Sciences (a partir de 1746).

Christian Horrebow, uno de los veinte hijos de Peder, lo sucedió en el cargo. Observó el tránsito de Venus de 1766 y descubrió la periodicidad de las manchas solares.

El último director importante de la Torre Redonda fue el astrónomo Thomas Bugge, que adquirió instrumentos modernos y publicó muchos artículos científicos. Su trabajo más importante fue la dirección del primer trabajo de cartografía preciso de Dinamarca, efectuado bajo los auspicios de la Real Sociedad Científica de Dinamarca.

Tras Bugge, el trabajo científico se redujo, en esa época los instrumentos astronómicos habituales habían adquirido unas dimensiones que imposibilitaban su instalación en la torre, así que en 1861 el observatorio se trasladó a Øster Vold, donde se instaló sobre los restos de unas murallas de fortificación. El conocido astrónomo, Heinrich Louis D’Arrest, se encargó de la planificación del nuevo observatorio. Su campo de trabajo se centro en la espectroscopia y descubrió las diferencias en el estado evolutivo y la distribución espacial de las estrellas, aunque quizás sea más conocido por haber descubierto en 1851 el cometa periódico 6P/d’Arrest.

En 1870 se demolió el antiguo observatorio octogonal de la Torre Redonda y en su lugar se instaló una pequeña torre conocida popularmente como “el pimentero”.

El planetario de Rømer

En la rampa espiral de la Torre Redonda se puede ver un planetario mecánico construido por Ole Rømer en Paris alrededor de 1675. Tras su retorno a Dinamarca colocó el artefacto en el observatorio, donde se utilizaba con fines educativos. El planetario se colocaba horizontalmente y se accionaba mediante una manivela.

Aspecto actual del antiguo planetario de Ole Rømer. Foto: Paco Bellido
Aspecto actual del antiguo planetario de Ole Rømer. Foto: Paco Bellido
Aspecto actual del antiguo planetario de Ole Rømer. Foto: Paco Bellido
Aspecto actual del antiguo planetario de Ole Rømer. Foto: Paco Bellido

Aunque Rømer era un seguidor de las teorías copernicanas y estaba convencido de que los planetas giraban alrededor del sol, en homenaje a Tycho Brahe, adaptó el primer planetario al esquema ideado por Tycho, con la Tierra en el centro, el Sol alrededor de la Tierra y los demás planetas alrededor del Sol.

Durante el gran incendio de 1728 el planetario resultó gravemente dañado, pero se reconstruyó en 1740 con la disposición heliocéntrica actual. En 1822 se colocó en su emplazamiento actual, en la rampa espiral. Para poder instalarlo redujeron a la mitad los radios de las órbitas de Júpiter y Saturno. En 1822 se instaló un sistema para accionar el planetario con una manivela en el hemisferio inferior.

Mecanismo de relojería que permite accionar el planetario. Foto: Paco Bellido
Mecanismo de relojería que permite accionar el planetario. Foto: Paco Bellido

En 1929, se sustituyó la antigua lámina de 1822 y se adaptó un sistema de relojería a los engranajes del planetario. Actualmente el planetario muestra la posición de los planetas del sistema solar.

Lámina explicativa del funcionamiento del planetario. Foto: Paco Bellido
Lámina explicativa del funcionamiento del planetario. Foto: Paco Bellido

Junto a la magnífica puerta decorada de entrada a la Torre Redonda podemos ver un busto del astrónomo danés más famoso de la historia.

Puerta principal de la Torre Redonda. Foto: Paco Bellido
Puerta principal de la Torre Redonda. Foto: Paco Bellido
Busto de Tycho Brahe. Foto: Paco Bellido
Busto de Tycho Brahe. Foto: Paco Bellido

Bibliografía

Pannekoek, A History of Astronomy, Dover, 1989

Wikipedia http://en.wikipedia.org

Cuaderno de viaje http://viajero.blogalia.com



8 Comentarios

  1. Pues debe ser muy bonito e históricamente muy importante, pero eso de que siga aún en funcionamiento… entre que está en un núcleo urbano, y que Copenhague está nublado todo el año, no se debe ver una castaña

    1. Técnicamente se sigue observando desde la Torre Redonda. El pequeño observatorio de la azotea tiene un programa mensual de divulgación donde es posible observar la Luna y los planetas cuando el tiempo lo permite que, como dices, no suele ser muy a menudo.

  2. » También fue el inventor del primer sistema de iluminación eléctrica de la ciudad mediante lámparas de aceite …….»
    Esta frase no se entiende, eran lamparas de aceite adaptadas a la electricidad, en cuyo caso la fecha no es la correcta, o eran lamparas que de algún modo quemaban aceite y producían luz mediante electricidad con un método desconocido para mi.

  3. Hermosa y original torre con la que los Daneses han sabido aprovechar muy bien sus reducidos tiempos de observación. Gracias Paco por tu interesante descripción histórica.

  4. Muy interesante. Qué diferencia la velocidad de los descubrimientos de entonces con la de ahora. Los astrónomos de los siglos 17, 18 y 19 eran auténticos héroes porque obtenían grandes teorías a partir de muy pocos datos.

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Por Paco Bellido, publicado el 23 abril, 2018
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