Leonardo Ximenes (1716-1786) nació en el seno de una antigua familia de origen español en Trapani, en la costa occidental de Sicilia. Tras asistir a un Colegio Jesuita próximo a su casa toma los hábitos a los quince años, tras el noviciado se hizo matemático, ingeniero hidráulico y civil y astrónomo, llegando a ser uno de los expertos en este campo más respetados de su época. Como ingeniero hidráulico realizó importantes obras: la limpieza del lago Bientina y la construcción del canal de salida del río Arno. Su invención de la válvula hidráulica y de otros instrumentos de medición le permitió medir la velocidad puntual de la corriente. Como ingeniero civil se encargó de la construcción de la vía que une las ciudades de Módena y Pistoia y de la construcción de diversos puentes.
Hombre de cultura enciclopédica, también fue escritor y miembro de numerosas academias internacionales (Verona, Siena, París, San Petersburgo).
En su faceta de astrónomo se dedicó al estudio de la eclíptica. En este sentido, en 1755 restauró el gnomon de la catedral de Florencia, Santa María del Fiore, realizado por Toscanelli con el que realizará numerosas observaciones. Dicho gnomon ha sido considerado uno de los mayores instrumentos solares de la época moderna hasta la construcción del telescopio McMath del observatorio de Kitt Peak en Arizona.
Ximenes también descubrió la influencia de la Luna sobre las mareas, aunque el hecho de que lo hiciera en una época en la que todavía costaba reconocer el valor de las observaciones científicas hizo que sus trabajos no alcanzaran la repercusión esperada.
En 1756 funda en Florencia el observatorio astronómico de San Giovannino, al que dedicó los últimos años de su vida y que hoy día lleva su nombre. En este observatorio astronómico llevará a cabo observaciones del Sol durante tres décadas, una actividad que no pasará desapercibida en el extranjero, especialmente en Rusia, desde donde recibe la oferta para que se traslade a San Petersburgo.
El observatorio se encuentra en Via del Borgo, a medio camino entre la catedral de Santa María del Fiore y la iglesia de San Lorenzo. Ocupa la última planta del Convento de los Padres Escolapios. Desde su azotea se disfruta de una vista privilegiada de la magnífica cúpula de Brunelleschi y del campanario de la catedral.
Aunque en su origen el observatorio se dedicó al estudio de la astronomía y de la hidráulica, principales intereses de Ximenes, en la actualidad su laboratorio se dedica a la sismología y, de hecho, forma parte de la Red Sísmica del Instituto Nacional Italiano de Geofísica y Vulcanología. A este cambio de rumbo contribuyó, sin duda, la supresión de la Compañía de Jesús, decretada en 1773 por el papa Clemente XIV a instancias del rey Carlos III y de otros monarcas católicos. Tras la supresión de los jesuitas, el laboratorio se alquila a los padres escolapios, quienes encauzan los estudios hacia la meteorología y la sismografía. También se inician estudios matemáticos y de cartografía que dan lugar a obras de gran importancia, como el Mapa Geométrico de Toscana, preparado en 1830 por el presbítero y astrónomo Giovanni Inghirami.
El observatorio guarda dos magníficas bibliotecas especializadas, una de fondos antiguos y otra moderna. La biblioteca antigua contiene el núcleo de la biblioteca histórica de Ximenes, formada por cerca de dos millares de volúmenes de astronomía, matemáticas, mecánica, hidráulica y geografía. Con las aportaciones de los padres Stanislao Canovai, Gaetano del Ricco y Giovanni Inghirami, en la actualidad consta de unos 4200 ejemplares. La biblioteca moderna, por su parte, contiene unos 8000 volúmenes y revistas científicas a partir de finales del siglo XIX.
El museo del observatorio expone tres colecciones interesantes. La colección astronómica recoge instrumental tanto del fundador como de sus sucesores. Se pueden ver telescopios, brújulas, teodolitos e instrumentos geodésicos.
La colección Cecchi exhibe los sismógrafos construidos y utilizados en el observatorio a partir de 1873. Sin duda se trata de una de las mejores colecciones de sismógrafos del mundo y realiza, de hecho, un magnífico recorrido por la historia de esta disciplina.
De especial interés son los péndulos sismográficos Cavalleri-Cecchi instalados en el Gabinete Cecchi. Estos péndulos permitían plasmar gráficamente los terremotos sobre un cristal ahumado, el museo exhibe los registros de varios terremotos históricos captados por este instrumento.
Por su parte, la colección meteorológica incluye los instrumentos de medida utilizados en el observatorio desde 1813.
También se puede ver una reproducción del primer motor de combustión interna de la historia, invento del presbítero escolapio e ingeniero Eugenio Barsanti y del ingeniero Felice Matteucci, que fueron profesores de física e hidráulica en este lugar desde 1845.
Aunque existen planes de fijar un horario abierto al público, en la actualidad es necesario concertar la visita de antemano. En la página web del museo se pueden consultar los detalles.
Agradecimientos
Los autores desean expresar su agradecimiento al Sr. Aubrey Westinghouse, responsable del Museo Osservatorio Ximeniano, por las facilidades prestadas para la redacción de este artículo.
Bibliografía
CAMEROTTA, Filippo. The Line of the Sun. Great Sundials in Florence. Edizioni della Meridiana, 2007.
HEILBRON, J. L. The Sun in the Church. Cathedrals as Solar Observatories. Harvard University Press, 1999.
Gracias, muy interesante el reportaje.
Una curiosidad. Dices: «Ximenes también descubrió la influencia de la Luna sobre las mareas, aunque el hecho de que lo hiciera en una época en la que todavía costaba reconocer el valor de las observaciones científicas hizo que sus trabajos no alcanzaran la repercusión esperada.»
Aquí tengo dos preguntas. ¿No había explicado ya Newton las mareas por la influencia de la Luna? Y, si ya han pasado unos cien años desde Newton, ¿todavía hay tanta resistencia entre los científicos a las observaciones experimentales?
En realidad la influencia de la Luna en las mareas ya había sido observada en la antigua Grecia. Piteas quizás fue el primero, pero Plinio el Viejo ya las describió correctamente en su Historia Natural. La descripción cuantitativa fue, como bien dices, trabajo de Newton en 1687.
Sobre la influencia de las mareas Ximenes escribió un opúsculo en latín en 1755 Dissertatio de maris aestu, ac praesertim de viribus lunae, solisque mare moventibus. En la obra hace un análisis del efecto combinado del Sol y de la Luna sobre las masas de agua oceánicas. Y efectivamente, a pesar de Newton, los ensayos experimentales todavía no tenían la importancia que adquirieron en otros lugares o en tiempos más modernos. Ten en cuenta que Ximenes es religioso y en su ambiente el peso de Aristóteles todavía es notable.
Que bueno ! xD … y no fui a verlo cuando estuve allí !