Un músico aficionado a la astronomía
Friedrich Wilhelm Herschel (1738-1822), músico y compositor de origen alemán, llegó a Bath en 1766 buscando fortuna como músico profesional. Fue contratado como organista de la Octagon Chapel y, además, consiguió el puesto de oboísta en la famosa orquesta de Linley que actuaba diariamente en la Pump Room, uno de los locales de moda para la clase alta de la época. Tras un desencuentro con el director dejó la orquesta, pero su actividad siguió siendo incesante: seguía componiendo, daba clases a algunos alumnos y actuaba en conciertos (era intérprete de oboe, violín, clavecín y órgano). Gracias a su buena posición, sus hermanos lo visitaban con frecuencia desde Alemania.
En 1772, tras la muerte de su padre, Caroline (1750-1848) dejó la casa familiar en Hanóver para ocuparse del cuidado de su hermano en Bath. Allí comenzaría también una prometedora carrera como soprano.
Entre 1767 y 1770, William residió en Beaufort Square y, posteriormente, se trasladó al número 7 de New King Street a una casa que compartirá con una familia llamada Bulman, es aquí donde comienza a pulir espejos, gracias al equipo y a los metales a medio pulir que le compra a un vecino también aficionado a la astronomía y que había decidido abandonar este hobby tan sacrificado. Caroline se queja en sus diarios de que toda la casa se ha convertido en un taller. Alexander, otro de los hermanos Herschel, demuestra estar bien dotado para la mecánica y echa una mano con la maquinaria de pulido.
El número 19 de New King Street es una casa común y corriente, similar a las del resto de la calle. En una casa próxima residiría de 1794 a 1797 otro personaje ilustre: el almirante Nelson. Los Herschel se mudan en septiembre de 1777 a esta humilde vivienda de clase media construida alrededor de 1764 en un barrio de artesanos y comerciantes. No se sabe muy bien la razón pero, a los dos años, vuelven a embalar sus pertenencias para irse al número 5 de la calle Rivers. La nueva casa no tiene jardín trasero, así que Herschel saca su telescopio portátil a la puerta para observar desde allí. Un día, un viandante le pregunta si le permite mirar la Luna con el telescopio. El desconocido resulta ser el Dr. William Watson (más tarde nombrado Sir), un contacto que resultará muy útil en el futuro, ya que le abrirá las puertas de la Royal Society.
A Caroline no le gusta la casa de la calle Rivers, así que a principios de marzo de 1781 deciden regresar al 19 de New King Street. Antes de hacer la mudanza, con la idea de no perder ni un día de observación, William se lleva el telescopio a la nueva morada y retoma en el jardín su proyecto de observación metódica del cielo.
La noche del 13 de marzo de 1781 con su telescopio de fabricación casera encuentra un objeto en la constelación de Géminis que, claramente, no es una estrella. Se veía el disco y además, en cuestión de horas, se apreciaba su movimiento frente a las estrellas fijas del fondo. En un principio pensó en un cometa, pero parece ser que Nevil Maskelyne, el astrónomo real, supo desde un primer momento que se trataba de un planeta. Era la primera vez en la historia que se descubría uno. Curiosamente, su fiel hermana no estaba con él ese día, sino ultimando la mudanza desde la casa de la calle Rivers. No sería del todo justo afirmar que el descubrimiento fue tan solo fruto de una afortunada coincidencia, de hecho, el astrónomo se había embarcado en un estudio sistemático del cielo con su telescopio y sus habilidades como observador visual prácticamente no tenían rival. Si no lo hubiera descubierto la noche del 13 de marzo, lo habría hecho a la siguiente.
En la actualidad se sabe que Urano había sido registrado en más de veinte ocasiones por distintos observadores, pero siempre lo habían confundido con una estrella. John Flasmteed, el astrónomo real, lo vio en seis ocasiones e incluso lo incluyó en su catálogo como 134 Tauri.
La primera órbita correcta fue determinada por el astrónomo sueco-ruso Anders Lexell, que entonces estaba en San Petersburgo. Los cálculos no dejaban lugar a dudas, el objeto estaba más allá de la órbita de Saturno: el hallazgo duplicó el tamaño del Sistema Solar conocido en la época.
El descubrimiento del nuevo planeta hizo que Herschel se convirtiera casi de la noche a la mañana en toda una celebridad en Europa y también hizo que el rey Jorge III, a quien le brindó el descubrimiento llamando al nuevo astro Georgium Sidus (la estrella de Jorge), le ofreciera el puesto de astrónomo de la corte. Conviene no confundir este nombramiento con el de astrónomo real. El puesto de astrónomo real siguió a cargo de Maskelyne hasta 1811. Herschel obtuvo una pensión real de 200 libras esterlinas, además de un salario de 50 libras para Caroline como asistente, lo que la convirtió en la primera mujer en cobrar un sueldo (el equivalente a unos 7000 euros en la actualidad) por un trabajo científico. Herschel dejó New King Street en 1782, aunque sus hermanos Caroline y Alexander siguieron residiendo en ella hasta 1784.
El requisito exigido por el rey era estar cerca del Castillo de Windsor y estar a disposición de los miembros de la realeza o de los visitantes que desearan mirar por el telescopio. La suma ofrecida era notablemente inferior a las 400 libras que ganaba al año como músico en Bath, pero se completaba con la venta de telescopios, un negocio bastante lucrativo. El rey Carlos III de España le encargaría un gran telescopio para el recién inaugurado Observatorio del Retiro por el que se pagaron 3150 libras en 1802. Los precios de los telescopios de Herschel resultaban prohibitivos para el gran público, pero recibió muchos encargos de grandes observatorios, astrónomos de prestigio y aficionados acaudalados. En sus últimos años preparó una lista de telescopios vendidos en la que aparecen más de 70. El desarrollo y la calidad que consiguió Fraunhofer con sus refractores hicieron que los reflectores de Herschel dejaran de interesar. Los espejos metálicos necesitaban cuidados frecuentes y eran más engorrosos de utilizar que los refractores. Cabe señalar que, de todos los telescopios fabricados por su mano, solo sirvieron para fines científicos serios los que él mismo utilizó y el que le vendió a Johan Hyeronimus Schröter, magistrado jefe de Lilienthal con quien mantuvo una agria polémica en torno al descubrimiento de unas montañas en Venus.
La cuestión del nombre del nuevo astro no estuvo tampoco exenta de polémica. En Berlín, Jean Bernoulli había propuesto llamarlo Hipercronius, es decir, “más allá de Saturno”. El gran astrónomo francés Lalande abogaba por Herschel, mientras que el descubridor, por su parte, prefería Georgium Sidus o simplemente Georgian. Siguiendo la línea mitológica Johan Elert Bode propuso el nombre que acabaría por imponerse: Urano. No obstante, en Inglaterra, el Nautical Almanac continuó llamándolo Georgian hasta 1850.
Los Herschel, una dinastía de astrónomos
En 1788 Herschel contrae matrimonio con Mary Pitt, una acaudalada viuda de Upton. El cambio se hace sentir también en la vida de Caroline, creando cierta tensión en la relación con su hermano. No se conservan sus diarios entre 1788 y 1798 porque los destruyó, pero parece claro que la situación le afectó. De hecho, ya no disponía de las llaves del observatorio y de la sala donde había realizado buena parte de su trabajo.
Del matrimonio nace John, quien continuará el trabajo de su padre en los cielos del hemisferio sur. John Herschel fue también uno de los pioneros de la fotografía y a él debemos términos fotográficos tales como positivo y negativo.
William Herschel no se limitó a ser un excelente constructor de telescopios. Además de descubrir Urano, descubrió la radiación infrarroja, abriendo así un campo completamente nuevo en el estudio de los astros. Determinó la verdadera naturaleza de la Vía Láctea, descubrió numerosas nebulosas y observó el movimiento de estrellas dobles además de descubrir multitud de sistemas binarios. Si bien, no todas sus ideas astronómicas fueron acertadas. Estaba convencido de que el Sol estaba habitado (véase La cara oculta, AstronomíA 178, abril de 2014) y también la Luna.
Caroline Herschel descubrió al menos nueve cometas y fue una de las primeras astrónomas. Sus trabajos le valieron la prestigiosa Medalla de Oro de la Royal Astronomical Society en 1828, galardón que no volvería a recibir una astrónoma hasta Vera Rubin en 1996. A sus 96 años de edad, ya muy anciana, el mismísimo Alexander von Humboldt le hace entrega de la Medalla de Oro de Ciencias del Rey de Prusia.
Por su parte, John fue uno de los miembros fundadores de la Royal Astronomical Society y creó un catálogo de nebulosas entre 1825 y 1833. Su mayor logro fue completar el tremendo trabajo de cartografía celeste de su padre extendiéndolo al cielo del hemisferio sur. En 1849 escribió Outlines of Astronomy una obra que alcanzó una gran popularidad y se reeditó en varias ocasiones.
El Museo Herschel de Astronomía
El 13 de marzo de 1981, coincidiendo con el segundo centenario del descubrimiento de Urano, abrió sus puertas el Museo Herschel de Astronomía. El matrimonio formado por los doctores Leslie y Elizabeth Hilliard adquirió el edificio salvándolo de la demolición y entregándolo a una fundación creada para poner en marcha el museo. El proyecto contó con el respaldo de Sir Patrick Moore, conocido presentador del programa de la BBC The Sky at Night, y de la tataranieta de William Herschel. La casa se restauró siguiendo el estilo de finales del XVIII con papel pintado y mobiliario de época. Tras el fallecimiento de Patrick Moore en 2012, el patrón del museo es el astrofísico Brian May, más conocido por formar parte del mítico grupo Queen.
En la entrada encontramos una réplica del telescopio reflector de 7 pies con el que se descubrió Urano. La réplica, realizada por Michael Tabb, está fabricada en madera de palisandro y bronce.
El comedor con vistas a la calle conserva su ubicación original. La mesa perteneció a los Herschel durante la época en que vivían en Slough. En la pared se puede ver un planisferio celeste, un barómetro (a Herschel le fascinaban los aparatos científicos) y algunos dibujos.
En la segunda planta encontramos la zona noble de la casa, la sala de visitas y la sala de música donde William daba clases a sus alumnos. La sala de visitas probablemente fuera el estudio y dormitorio de William. En la actualidad hay varios expositores con objetos interesantes: el prisma con el que Herschel descubrió la radiación infrarroja y un planetario de bronce fabricado por George Adam en torno a 1782.
Durante sus años en Bath, la música permitió financiar la pasión que Herschel sentía por la astronomía. En la sala destaca un arpa de pedal francesa estilo Luis XVI de 1795 y un sencillo vestido de muselina que perteneció a Caroline Herschel en el que se pueden ver algunos arreglos y remiendos. Lo más llamativo es su pequeño tamaño, pero lo cierto es que la gran astrónoma era muy bajita (nunca superó los 1,30 metros de estatura) por culpa del tifus y la viruela, así como la falta de cuidados por parte de su madre y hermano mayor cuando era pequeña.
En esta sala se puede ver una fotografía del gran telescopio de 40 pies realizada por John Herschel. Se dice que el marco está hecho con madera del telescopio recogida durante el desmontaje del mismo.
Además de una colección de oculares y espejos secundarios utilizados con los telescopios refractores, en el Museo de Astronomía de Bath se conserva el prisma y los termómetros originales con los que William Herschel descubrió la radiación infrarroja en 1801. Herschel colocó un termómetro de mercurio en el espectro obtenido por un prisma de cristal con el fin de medir el calor emitido por cada color. Descubrió que el calor era más fuerte al lado del rojo del espectro y observó que allí no había luz. Esta es la primera experiencia que muestra que el calor puede transmitirse por una forma invisible de luz. Herschel denominó a esta radiación «rayos calóricos», denominación bastante popular a lo largo del siglo XIX que, finalmente, fue dando paso al más moderno de radiación infrarroja.
Se conserva un libro de visitas en vitela donde Caroline Herschel anotaba los nombres de todos los visitantes ilustres. Entre ellos encontramos los nombres de Lord Byron y Joseph Haydn.
En la planta baja, que prácticamente se ha conservado sin cambios en los últimos 250 años, se encuentran la cocina y el taller en el que hay algunas piezas originales interesantes como un torno que el rey Jorge III regaló a Herschel y una réplica de la máquina utilizada para pulir espejos (el original se encuentra en el Museo de la Ciencia de Londres). En el taller aún son visibles las huellas de un accidente que ocurrió al fundir un gran espejo y que a punto estuvo de costarle la vida a Herschel y sus ayudantes.
Desde aquí se accede al pequeño jardín desde donde Herschel descubrió Urano. El jardín cuenta con una alta tapia para evitar la entrada de agua durante los frecuentes desbordamientos del río Avon. Es probablemente el lugar con mayor encanto del museo por su relevancia en la historia de la Astronomía.
Agradecimientos
Los autores desean expresar su agradecimiento al señor Joe Middleton, gerente del Museo Herschel, por recibirnos en el museo y por la excelente documentación facilitada para la elaboración de este artículo. Asimismo queremos agradecer las facilidades brindadas por la Oficina de Turismo de Bath, en especial a la señora Heloise Burland.
Bibliografía
MAURER, Andreas. A Compendium of All Known William Herschel Telescopes. The Herschel Society, 1996.
MOORE, Patrick. William Herschel. Astronomer and Musician of 19 New King Street, Bath. The William Herschel Society, 2013
LEMONICK, Michael D. The Georgian Star. How William and Caroline Herschel Revolutionised Our Understanding of the Cosmos. W. W. Norton, 2009
HOLMES, Richard. The Age of Wonder. Pantheon Books, 2008.
Adaptación del artículo aparecido en la revista AstronomíA n.º 203. Mayo de 2016.
Interesantísimo.
Prácticamente sin cambios durante los últimos 250 años allí sigue la enana blanca por Herschel vista primero sin poderla identificar como tal (estrella de materia degenerada) 40 Eridani B a unos 16 lejanos años luz. Era 1783, apenas dos años después del gigante helado Uranus.
En 1910, se descubrió que, aunque el componente B era una estrella débil, era de color blanco. Esto significaba que tenía que ser una estrella pequeña, de hecho se trataba de una enana blanca, la primera descubierta (dice la Wikipedia).
Gloria inmortal al gran violinista y violoncellista Wilhelm Herschel, la creatura concebida como Señor Spock, lógico por antonomasia del planeta Vulcano, del alemán admirable proviene y eso lo honramos.
[youtube=https://www.youtube.com/watch?v=n8VBPMKLxSg]
Enhorabuena por el artículo.
Cuando era estudiante, hace ya…. Siempre me preguntaba como habría sido la vida de esos personajes que salían en los libros. Entonces no tenía mucho tiempo para averiguarlo. Hoy disfruto mucho leyendo este tipo de reportajes. ¡Gracias!
Triste fue el destino del telescopio adquirido por el rey de España Carlos III con la intención de instalarlo en el Observatorio del Retiro en Madrid, después de su adquisición fue embalado y depositado en el Observatorio sin instalarlo, y allí permaneció hasta que en la guerra de la Independencia las tropas napoleónicas lo saquearon, y nada mas se supo.
Triste, ciertamente. Los nobles españoles, salvo excepciones, no debieron secundar las intenciones ilustradas de Carlos III. Qué pena que alguien como Jovellanos, que se interesó por muchas ciencias, no se fijara en la Astronomía.
Muy completo e interesante artículo.
Interesantísimo artículo! Una sugerencia, Paco: ¿podrías configurar el blog para que en la página principal (https://pacobellido.naukas.com/) muestre sólo un fragmento de cada artículo, con el botón de «Leer más»? Así lo tienen en esta misma plataforma Francis y Daniel Marín, por ejemplo, y se hace mucho más cómodo a la hora de echar un vistazo a los nuevos artículos y demás. Felicidades por el blog, uno más a la lista de los que seguir sin duda!
Saludos.
Muchas gracias a todos por los comentarios. Martí, gracias por la sugerencia. Voy a intentar solucionarlo. 🙂
Hola y muchas gracias por este espectacular artículo sobre Herschel.
Ha sido fascinante detenerse en leer la vida de este científico y de su hermana (hunter of comets). Sin palabras por el descubrimiento que ha supuesto para mi conocer algunos detalles de la vida de estas dos personas y de los acontecimientos que sucedieron en aquella época.
Saludos y espero con paciencia su próximo artículo.
Hermoso artículo, Paco, de los que nos habíamos acostumbrado a leer en El Beso en la Luna.
¡Se te extrañaba!
Para el que quiera disfrutar de su música ahí va una de sus sinfonías. ¡Muy chula!
https://www.youtube.com/watch?v=7BehLlyqYk8
Perfecto y completo relato sobre un personaje y una familia de astrónomos.
Muy interesante el artículo, ¡gracias! William y Caroline Herschel sin duda personajes muy fuera de lo común. Pasión por la Astronomía, talento para la música, una combinación poco frecuente. Más la habilidad mecánica y la paciencia para pulir espejos y construir telescopios. No conocía que había otro hermano (¿el mecánico de la familia?) que hizo contribuciones también. Me parece que el haber ampliado las fronteras de observación con mejores telescopios es sumamente importante, abrir nuevas ventanas como el descubrimiento del infrarrojo, también. Un descubrimiento importante de los Herschel también fue el descubrir que las nebulosas (algunas) son conglomerados de estrellas, otra forma de agrandar el Universo observado, algo de importancia epistemológica, filsófica, hasta diría que psicológica para futuros investigadores…
Me parece que este rol de los nuevos instrumentos en abrir nuevas ventanas a la observación a menudo se subestima. Y si no me equivoco, Herschel descubrió la primer radiación invisible, hace poco se ha detectado la radiación gravitatoria, con el LIGO, ¡veremos que se ve desde esta nueva ventana!
Gracias de nuevo por este artículo tan interesante.