El Observatorio de La Specola de Florencia

Por Paco Bellido, el 21 enero, 2017. Categoría(s): Destinos astronómicos • Historia

El Imperial y Real Museo de Física e Historia Natural, actual Museo de Historia Natural de La Specola, fundado el 21 de febrero de 1775 a instancias del gran-duque Pedro Leopoldo de Lorena, puede presumir de ser uno de los primeros museos de Europa en abrir al público y el primero en ofrecer una imagen integral de la naturaleza en sus distintos aspectos. El encargado de dar forma al museo y de dirigirlo sería el abad Felice Fontana (1730-1805), eminente toxicólogo y estudioso del ojo humano. El nombre de La Specola deriva del hecho de que en este edificio, el Palazzo Torrigiani, a poca distancia del Palazzo Pitti, estuvo el observatorio astronómico del gran duque.

El gran duque adquirió el edificio en 1771, el encargado de la extensa remodelación para su nuevo fin fue el arquitecto e ingeniero Gasparo Paoletti, quien amplió el espacio para dar cabida a las colecciones y creó una pequeña torre octogonal para albergar los instrumentos meteorológicos y el observatorio astronómico. Desde el Torrino, como se conoce a esta estancia, se podía divisar el cielo en todas direcciones gracias a los amplios ventanales. El gran telescopio newtoniano que se puede ver en la actualidad fue construido por el científico e inventor Tito Gonnella (1794–1867), profesor de matemáticas y mecánica en la Accademia di Belle Arti,  y se presentó en 1841 con ocasión del Tercer Congreso de Científicos Italianos celebrado en Florencia. El telescopio suponía una innovación en el campo de los telescopios reflectores, Gonnella sustituyó el espejo secundario por un prisma mejorando en torno a un 10 % la luminosidad del instrumento. Gonnella ha pasado a la historia de las matemáticas por ser inventor del planímetro, un ingenioso instrumento que permitía calcular el área de una figura plana irregular dibujada a escala y que recibió una mención honorífica en la Exposición Internacional de Londres de 1862.

Telescopio
Telescopio reflector de Tito Gonella. Foto: Lola Vázquez

Entre los objetivos principales del museo destacaban la promoción de la nueva física galileana y newtoniana a través de máquinas demostrativas; la creación de una amplia colección de especímenes naturales y la realización de investigaciones en diversas áreas científicas.

Por su parte, los proyectos astronómicos de Felice Fontana nunca llegarían a completarse. A la ubicación inadecuada del observatorio, situado en pleno centro urbano y en una zona baja, se unieron las dificultades financieras a la hora de adquirir en el extranjero la costosa instrumentación astronómica imprescindible para llevar a cabo observaciones precisas. En los talleres del museo nunca se llego a terminar el gran círculo graduado proyectado. Estos problemas y otros relacionados con la gestión del museo llevaron al declive del observatorio incluso antes de ponerse en marcha. En torno a 1795 los instrumentos ya no resultaban útiles y el tejado tenía goteras.

Vista posterior del reflector de Gonella. Foto: Lola Vázquez
Vista posterior del reflector de Gonella. Foto: Lola Vázquez

Fontana fue expulsado de su puesto en 1799 tras la ocupación napoleónica. El nuevo director, Domenico de’ Vecchi, se encontró el observatorio en un grave estado de deterioro. En 1825 fue relevado por el francés Jean-Luis Pons, descubridor de 37 cometas. Se dice que Pons tenía una prodigiosa memoria capaz de recordar hasta el mínimo detalle de cada campo estelar, siendo capaz de registrar cualquier cambio posterior. A Pons le sucedió Giovanni Battista Amici, ingeniero, matemático y físico más conocido por sus invenciones en el terreno de la óptica. Óptico de fama internacional contribuyó al desarrollo del microscopio compuesto, también inventó numerosos dispositivos ópticos incluido el prisma de visión directa que lleva su nombre. Amici será el encargado de proponer al gobierno la construcción de un nuevo observatorio en Arcetri, a poca distancia de la villa “Il Gioiello” donde Galileo pasó recluido los últimos años de su vida.

Los dos siguientes directores Giovanni Battista Donati y el alemán Ernst W. L. Tempel fueron conocidos cazadores de cometas. Durante la dirección de Tempel se pusieron de manifiesto los graves defectos de construcción del observatorio.

El gnomon de La Specola

Uno de los tesoros de este museo es la línea meridiana de la “Sala de las Cigüeñas”, construida por Giuseppe Slop (1740-1808), astrónomo del observatorio de Pisa, en 1784. Disponía de un curioso sistema que permitía medir el inicio y final del tránsito del disco solar por el meridiano local con la máxima precisión mediante la sombra proyectada por un hilo metálico para determinar así el mediodía local y poder sincronizar los relojes. El hilo metálico también se utilizaba probablemente para determinar la variación magnética local.

Meridiana de la Sala de las Cigüeñas. Foto: Lola Vázquez
Meridiana de la Sala de las Cigüeñas. Foto: Lola Vázquez

La línea meridiana tiene solo 7,7 metros, una línea de cobre une las elipses correspondientes a los solsticios de verano y de invierno. También aparecen marcadas sobre el pavimento las fechas de entrada del Sol en cada signo zodiacal. Una placa incluye la leyenda LINEA MERIDIANA DUCTA IN OBSERVATORIO REGII MUSEAI SCIENTIARUM FLORENTINI PETRO LEOPOLDO IMPERANTE. MDCCLXXXIV (Esta línea meridiana se instaló en el observatorio del Real Museo de Ciencias de Florencia bajo la regencia de Pedro Leopoldo. 1784).

Meridiana
Saulo Bembi, explica al autor las particularidades de la línea meridiana. Foto: Lola Vázquez
Detalle de la meridiana. Foto: © Lola Vázquez
Detalle de la meridiana. Foto: © Lola Vázquez

En la Sala de las Cigüeñas también se pueden ver diversos telescopios históricos, entre ellos el curioso telescopio cónico con el que Donati observó las bandas de absorción de los espectros estelares.

Telescopio cónico. Foto: Lola Vázquez
Telescopio cónico. Foto: Lola Vázquez

Lamentablemente esta zona del museo no suele estar abierta al público, aunque se organizan visitas para grupos pequeños ocasionalmente.

La colección de ceras anatómicas

El museo de La Specola cuenta con una de las mejores colecciones de modelos anatómicos de cera del mundo. Los modelos fueron realizados, entre otros, por Gaetano Giulio Zumbo y Clemente Susini desde finales del siglo XVII hasta mediados del XIX como método de enseñanza para los estudiantes de medicina. La colección destaca por la increíble precisión y realismo de sus detalles, copiados de cadáveres reales. Las obras están dedicadas a la anatomía, la anatomía patológica y la anatomía comparada. El prestigio de estos artistas llegó a tal extremo que sus obras se pueden ver en museos de toda Italia y del extranjero. Tras la colección de La Specola, la más importante se encuentra en Viena y fue encargada por el emperador José II de Austria, hermano del gran duque Pedro Leopoldo, para la Escuela Militar del Josephinum.

Una de las salas de ceras anatómicas del museo. Foto: Lola Vázquez
Una de las salas de ceras anatómicas del museo. Foto: Lola Vázquez
Modelo anatómico en cera. Foto: © Paco Bellido
Modelo anatómico en cera. Foto: © Paco Bellido

La Tribuna de Galileo

En la primera planta del edificio encontramos una majestuosa sala de estilo neoclásico inaugurada en 1841 con ocasión del Tercer Encuentro de Científicos Italianos para conmemorar a Galileo, la ciencia experimental y exponer los objetos pertenecientes al famosos astrónomo que actualmente se pueden visitar en el Museo Galileo. En la Tribuna se puede ver la estatua de Galileo realizada por el escultor Aristodemo Costoli y algunos frescos, muy conocidos por aparecer en multitud de publicaciones, que representan los episodios de los descubrimientos astronómicos del gran científico. También se pueden ver los bustos de sus alumnos más destacados.

La Tribuna de Galileo. Foto: Lola Vázquez
La Tribuna de Galileo. Foto: Lola Vázquez

Agradecimientos

Los autores desean expresar su agradecimiento al Sr. Saulo Bembi, fotógrafo del Museo della Specola, por las facilidades prestadas para la redacción de este artículo.

Bibliografía

CAMEROTTA, Filippo. The Line of the Sun. Great Sundials in Florence. Edizioni della Meridiana, 2007.

HEILBRON, J. L. The Sun in the Church. Cathedrals as Solar Observatories. Harvard University Press, 1999.

Página web del Museo de la Specola: http://www.msn.unifi.it/



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Por Paco Bellido, publicado el 21 enero, 2017
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