El reloj astronómico de Beauvais

Por Paco Bellido, el 21 noviembre, 2016. Categoría(s): Destinos astronómicos • Historia ✎ 7

La joya indiscutible de la catedral de Beauvais es el reloj astronómico fabricado entre 1865 y 1868, uno de los principales reclamos turísticos de esta región francesa.

Beauvais, una ciudad de ensueño

Beauvais, capital del departamento de Oise en la región bautizada recientemente como Norte-Paso de Calais-Picardía, se encuentra a 66 kilómetros de París. Es muy fácil llegar desde una docena de ciudades españolas en vuelo directo gracias al aeropuerto internacional de Beauvais-Tillé. La localidad fue fundada por los romanos en el año 52 antes de nuestra era con el nombre de Caesaromagus (el mercado de César). Fue un importante centro textil en la Edad Media, desde el siglo XII el obispo-conde de Beauvais fue uno de los seis pares eclesiásticos que junto a los seis pares laicos que rendían vasallaje al rey de Francia, a cambio contaban con el privilegio de no ser juzgados más que por el Tribunal de los Pares. El obispo-conde de Beauvais tenía el cometido de entregar el manto real de lises durante la consagración del nuevo rey. Otro personaje histórico local conocido fue Jeanne Hachette, una heroína que impidió la captura de la ciudad por las tropas de Carlos el Temerario, duque de Borgoña y que es, en muchos sentidos, el contrapunto laico a Juana de Arco.

Leprosería de Saint Lazare
Leprosería de Saint Lazare. Foto: Lola Vázquez

En junio de 1940 Beauvais quedó arrasada tras el incendio que siguió a un bombardeo de la Luftwaffe en represalia por la destrucción de una de las ciudades medievales alemanas. El incendio destruyó dos tercios de la ciudad y buena parte del casco histórico. Actualmente solo la Rue du 27 Juin conserva las construcciones medievales originales.

Hoy día Beauvais cuenta con una amplia oferta cultural en la que destaca un encuentro anual de violonchelos, un festival de cine y el festival de música Blues autour du Zinc. La oferta turística es amplia, buena prueba de ello es el Museo del Oise (MUDO), instalado en el elegante palacio de los condes-obispos de Beauvais. Tras atravesar las dos imponentes torres levantadas en el siglo XVI, se accede a un hermoso jardín y al palacio renacentista. En el museo se puede ver una colección de pintura del siglo XIX. También es muy interesante la Leprosería de Saint-Lazare, uno de los raros ejemplos de arquitectura hospitalaria francesa de los siglos XII y XIII. Se conservan el granero, la residencia de los religiosos, la capilla y el recinto destinado a los enfermos. El granero es una construcción única en su género.

La catedral, una joya gótica

El monumento más importante de la ciudad es, sin duda, la Catedral de San Pedro, una de las catedrales góticas más imponentes de Francia. Parte de las piedras que se utilizaron en su construcción proceden de la antigua muralla romana que rodeaba la ciudad. El templo nunca llegó a acabarse debido a las dificultades técnicas de la obra, solo se terminaron el crucero, el coro y el ábside, formado por siete capillas absidiales y girola. En la época renacentista el edificio estaba coronado con la aguja más alta de Occidente. La torre se vino abajo en 1573.

Catedral de Saint Pierre de Beauvais
Catedral de Saint Pierre de Beauvais. Foto: Paco Bellido

Es posible que la construcción fuera un desafío a la corona francesa. Los enfrentamientos entre los poderosos barones aliados del obispo y la burguesía aliada del rey fueron habituales en aquella época. El obispo Milón de Nantueil (1217-1234), estaba relacionado con los nobles que se rebelaron contra el rey Luis VIII e incluso intentaron secuestrar, sin éxito, a su hijo Luis IX, el rey santo. Construyendo esta catedral, el obispo quizás quería hacer valer su independencia frente al rey, pero debido a la falta de fondos y a los graves defectos en la construcción, estos planes se lograron sólo parcialmente. Pese a su estado inacabado, la catedral de Beauvais no desmerece, pues sus proporciones la convierten en una construcción espectacular. En muchos sentidos puede decirse que es el mayor logro de la arquitectura gótica, es la catedral con mayor altura de coro del mundo: 48 metros.

Durante los fines de semana de verano se puede ver al anochecer un espectáculo luminoso gratuito proyectado sobre la fachada de la catedral que permite conocer su historia y hacerse una idea del aspecto original de la fachada con las estatuas policromadas.

Los relojes de la catedral de Beauvais

Se considera que un reloj es astronómico cuando, además de la hora, proporciona algún tipo de información astronómica. La catedral de Beauvais conserva dos relojes de este tipo. El primero, encargo del canónigo Etienne Musique (fallecido en 1325), es un magnífico ejemplo de la artesanía del siglo XIV. En su origen contaba con una sola aguja que daba una vuelta al dial en 24 horas, además indicaba las fases lunares. Es uno de los relojes más antiguos que aún siguen en funcionamiento, a pesar de que el mecanismo actual dista mucho del original debido a las numerosas remodelaciones a las que se ha sometido a lo largo de los siglos. Aún así, el reloj conserva buena parte de las piezas originales.

Reloj astronómico del siglo XIV
Reloj astronómico del siglo XIV. Foto: Lola Vázquez

 

La caja policromada es del siglo XIV, el reloj marca los cuartos, las medias y las horas, así como las distintas celebraciones religiosas de los distintos períodos del año.

El antiguo reloj astronómico resultó dañado en 1940 durante la segundo guerra mundial y hubo que esperar hasta 1973 a que el maestro Jules Dubois, un artesano local, lo volviera a poner a punto.

La joya indiscutible de la catedral es el reloj astronómico fabricado entre 1865 y 1868 por Auguste-Lucien Vérité, después de haber creado una obra maestra de similares características para la catedral de Besanzón. El reloj fue un encargo de Joseph-Armand Gignoux, obispo de la localidad. Antes de su actual ubicación en capilla del Santísimo Sacramento, el reloj fue expuesto en el Palais de l’Industrie de París. En 1886, una revista inglesa afirmaba “…la maravilla de Beauvais no es su catedral, sino el reloj astronómico. La parte mecánica es admirable, ofrece toda la información posible que quepa imaginar”.

La visita incluye un interesante documental que explica los entresijos del mecanismo y su simbolismo. Las explicaciones del documental se pueden seguir con una audioguía disponible en español y otros idiomas.

Reloj astronómico de Auguste-Lucien Vérité
Reloj astronómico de Auguste-Lucien Vérité. Foto: Lola Vázquez

El reloj de Beauvais está encajado en un mueble de 12 metros de altura y 5,12 de anchura. Consta de 90.000 piezas, 84 estatuillas de madera de tilo (de las cuales 68 son autómatas) y 52 esferas que proporcionan una gran cantidad de información astronómica. A diferencia de otros relojes astronómicos y, a pesar de la enorme cantidad de datos que ofrece el reloj, esta obra de arte está orientada fundamentalmente a su mensaje espiritual. El reloj nos advierte de la proximidad del Juicio Final y de la necesidad de salvar el alma. Siguiendo la iconografía tradicional medieval, los diseñadores contraponen a cada lado del reloj conceptos antagónicos: el Bien y el Mal, la Belleza y la Fealdad, la Vida y la Muerte. El lado izquierdo del reloj (a la derecha de Cristo) está decorado con flores y caras sonrientes, el lado derecho está decorado con calaveras, rostros con muecas y caras de sufrimiento.

Esferas del reloj astronómico
Esferas del reloj astronómico. Foto: Lola Vázquez

En el centro de gran mueble de inspiración románica y bizantina diseñado por el padre Piepart vemos la gran esfera del reloj principal con Jesucristo llevando un libro con las letras griegas alfa y omega que nos recuerdan la frase “Yo soy el principio y el final” y que muestra a Jesús como Señor del tiempo. Debajo encontramos tres secciones simétricas donde están los diales. Justo debajo del reloj principal están las esferas que indican los valores necesarios para el computus, es decir, la determinación de la fecha de la Pascua (ciclo solar, letra dominical, epacta, número áureo e indicción romana), la hora sidérea, la ecuación del tiempo, la declinación del Sol, la longitud del día y de la noche, las estaciones, los signos del Zodíaco, la hora de la salida y de la puesta del Sol, el día de la semana y su planeta correspondiente. A la izquierda hay tres esferas que marcan el santo del día, las fases y la edad de la luna, la hora del tránsito de la Luna por el meridiano de Beauvais, la hora civil local de los meridianos de París y de ocho ciudades importantes situadas al oeste de la capital francesa. En el lado derecho hay otras tres esferas con información de calendario perpetuo en la que podemos ver la fecha en la que caen en el año en curso las fiestas religiosas móviles vinculadas a la Pascua (Laetare, Domingo de Pasión, Domingo de Ramos, Viernes Santo, Pascua, Cuasimodo, Ascensión, Pentecostés, Santísima Trinidad, Corpus Christi y Octava), la edad del mundo calculada a partir de las generaciones descritas en la Biblia (para 2016 el reloj da una edad del mundo de 6016 años), la fecha actual, el siglo, la hora civil de Roma y de ocho ciudades importantes situadas al este de París, las fases de la Luna y la hora de tránsito por el meridiano de Beauvais.

Detalle de efemérides lunares: fase, paso de la Luna por el meridiano de Beauvais y edad de la Luna.
Detalle de la esfera lunar. Foto: Lola Vázquez

En el lateral izquierdo que da al transepto encontramos un mapa celeste que muestra el cielo que hay en el nadir de Beauvais, una esfera indica las horas de marea en el Mont Saint Michel y un ingenioso mecanismo indica los eclipses de Sol visibles desde Beauvais. En el lateral derecho hay un mapa celeste que muestra el cielo local, una esfera con las horas de marea y su altura en el Castillo de Mont Orgueil, en la isla inglesa de Jersey (no conviene pasar por alto el detalle: la isla inglesa está en el lado del reloj dedicado a los condenados, en realidad la diferencia de las mareas con el cercano Mont Saint Michel es despreciable pero el relojero no quiso desaprovechar la ocasión de criticar al enemigo inglés) y un planetario mecánico que indica los movimientos de los planetas alrededor del Sol.

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Esferas del lateral derecho del reloj astronómico, de arriba hacia abajo: planetario, horas de marea en el Castillo de Mont Orgueil (Jersey) y planisferio con el cielo local. Foto: Paco Bellido

La pesa principal de 45 kg que mantiene en movimiento la maquinaria de acero y bronce se sube cada cuatro días, aunque el sistema dispone de otras pesas adicionales, una de las cuales solo necesita moverse una vez cada cien años. El péndulo cuenta con una serie de varillas compensatorias, cinco de acero y cuatro de bronce, que corrigen la diferencia térmica (unos 30 °C) entre invierno y verano. El motor principal no solo se encarga del movimiento de todos los diales, también acciona los personajes durante la representación del Juicio Final.

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Parte trasera del reloj. Foto: Lola Vázquez

El reloj se ha sometido a tres restauraciones a lo largo de su historia, una tarea compleja teniendo en cuenta que los planos y la descripción técnica de la obra desaparecieron en 1940 cuando se quemó el taller de Vérité con toda la documentación. La primera restauración tuvo lugar en 1929, cuando la casa Ungerer de Estrasburgo y el relojero local Monsieur Miclet, desmontaron, limpiaron y repararon los componentes de la parte astronómica. Además se instaló la iluminación eléctrica. En 1989 comenzó la segunda restauración que duró 22 meses y contó con dos relojeros, un experto mecánico, un dorador y un experto en cuero para la renovación de los seis fuelles que accionan los instrumentos musicales del reloj. La última restauración se inició en junio de 2011. En 2009 se llevó a cabo la limpieza de la fachada de la catedral con la inyección a presión de esferas de vidrio microscópicas. Este fino polvo entró en el reloj y acabó por detenerlo en 2010. La avería supuso una reducción importante de los ingresos del templo, ya que los visitantes eran reacios a pagar una entrada para ver un reloj inmóvil. El polvo de vidrio hizo necesario desmontar y limpiar completamente las 90.000 piezas del reloj. Una tarea ardua y costosa financiada por la aseguradora de la empresa encargada de la limpieza de la fachada de la catedral que hizo frente a los casi 200.000 euros que costó la restauración del reloj. Tras los arreglos y la bendición episcopal en abril de 2012, el 1 de mayo se reanudaron las visitas. En la actualidad, el reloj astronómico de Beauvais sigue siendo uno de los principales reclamos turísticos de la región. El mecanismo funciona varias veces al día, los horarios se pueden consultar en la página web de turismo de Beauvais.

Un mensaje espiritual

Sobre el reloj aparecen dos zonas claramente diferenciadas: la ciudad terrenal, con los símbolos de los evangelistas, las estatuas de Adán, Noé, Abraham, Moisés, Isaías, Ezequiel, Jeremías y Daniel y el gallo en el centro. También aparecen representados el creador del reloj, Auguste Vérité, el jesuita padre Piépart (diseñador del mueble), el obispo Gignoux, Léon Fenet (miembro fundador de la Sociedad Astronómica de Francia y encargado de los planisferios celestes de los laterales del reloj) y el papa Pío IX.

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Vérité (a la derecha con un engranaje en las manos) y el padre Piépart (a la izquierda), en la ventana de abajo el obispo Gignoux. Foto: Paco Bellido

Por encima se encuentra la ciudad celestial. En la cúspide se encuentra Cristo, debajo de él están los ángeles del Juicio Final, la Cruz, la Virgen María y San José, los símbolos de la virtud y de los vicios, San Miguel con la balanza pesando las almas, el Diablo, y unas figuras que representan las edades del hombre.

Este magnífico reloj, obra de un profundo creyente, se creó con el objeto de hacer reflexionar sobre la finalidad del mundo y el misterio del espíritu a través de una serie de simbolismos y autómatas. A mediodía se abren las portezuelas y el gallo canta gracias a un mecanismo formado por cuatro trompetas. Cuando el reloj ha dado la hora, la figura de Cristo situada en la parte alta del reloj da la bendición, los doce apóstoles que la rodean se giran hacia la figura central y otro mecanismo hace sonar las trompetas de los ángeles. En los nichos abiertos de la ciudad terrenal aparecen las figuras de varios reyes que tras desaparecer dan lugar al incendio de la ciudad con llamas saliendo por las ventanas. El momento del Juicio Final ha llegado. Debajo del Redentor aparece la estatua de la Virtud, a los sones de un órgano, conducida por un ángel, al otro lado la figura que simboliza el Vicio es conducida por un demonio mientras la Virgen y San José interceden en vano: la balanza del arcángel San Miguel no deja lugar a dudas.

Auguste Lucien Vérité, relojero e inventor

Auguste Lucien  Vérité (1806-1887) nació en Beauvais y se distinguió por ser un hombre discreto, generoso y muy inteligente. A pesar de su formación autodidacta demostró un gran ingenio en la fabricación de órganos antes de dedicarse a la relojería. En Beauvais construyó varios relojes importantes, el del Hôtel-Dieu en 1832 y el del Palacio de Justicia en 1844. En 1855 construye su primer reloj astronómico para el castillo de Frocourt, obra que desaparece durante la segunda guerra mundial.

Auguste-Lucien Vérité
Auguste-Lucien Vérité. Foto: Wikipedia

Como ingeniero de los ferrocarriles del norte fue responsable de todos los relojes y sistemas de señalización de la red ferroviaria. Su reputación llegó a tal extremo que cuando en 1850 el cardenal Mathieu, obispo de Besanzón, decidió instalar un reloj astronómico en la catedral, recurrió a Vérité para que se hiciera cargo de la empresa.

Los vecinos de Beauvais quedaron admirados por el resultado y presentaron a su obispo, Joseph-Armand Gignoux, una solicitud para que hiciera un trabajo similar en la catedral de su localidad natal. El objetivo era contar con un reloj de una belleza excepcional y que resultara instructivo para los fieles. El nuevo trabajo de Vérité superó en todos los sentidos a su predecesor y en la actualidad es uno de los principales reclamos turísticos de la ciudad.

Agradecimientos

Los autores desean expresar su agradecimiento al relojero Jean-Paul Crabbe, restaurador del reloj astronómico de Beauvais, por la visita guiada y la excelente documentación facilitada para la elaboración de este artículo. Asimismo queremos agradecer las facilidades brindadas por la Oficina de Turismo de Beauvais, en especial a Charlotte Léveille, responsable de prensa, así como a Laetitia Lebas de Atout France por las gestiones.

Bibliografía

CRABBE, Jean-Paul, MANGÉ, Christian, MERCEY, Olivier de. L’Heure de Vérité. Horloge Astronomique de la Cathédrale de Beauvais. Éditions Monelle Hayot, 2016.

E.S.P.A.C.E.S. Society. Astronomical Clock. Edition de la Goélette, 1991.

Cuaderno de viaje http://viajero.blogalia.com

* Artículo publicado en el número 209 de la revista AstronomíA (noviembre de 2016).



7 Comentarios

  1. El principal atractivo de Beauvais creo sinceramente que es, sin duda su catedral, la más ambiciosa de las que se consruyeron, límite, culmen y mayor logro estructural del gótico, citada siempre en tratados de historia del arte, y objeto de numerosas restauraciones, aún hoy, para preservar lo que queda de ella (la mitad de su nave). Si esa revista inglesa afirmaba que “…la maravilla de Beauvais no es su catedral», pues debía ser una revista muy poco informada, ya que su audaz y compleja estructura es objeto de estudio para arquitectos e ingenieros de estructuras de todo el mundo. Su nave y su campanario eran, antes de derrumbarse, sencillamente, los más altos del mundo, y no han sido superados hasta el siglo XIX. No sé si ese maravilloso reloj alcanza un grado similar en el mundo de la relojería…si así fuese, podríamos decir, simplemente, que está a la altura de su contenedor.

  2. Realmente asombroso.
    Lo que se hacía con pocos medios y todo gracias a la inventiva y tenaz dedicación de algunas personas.
    Muchas Gracias por su artículo que sin el no sabía nada de nada.

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Por Paco Bellido, publicado el 21 noviembre, 2016
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